jueves, 6 de diciembre de 2012

LA OTRA PIEL



Desde ahí vengo...
repleta de palabras.
Desde ahí vengo...
colmada de tinieblas

Desde mi sombra
revuelta de miedo.
Mi otra sombra
sendero repetido.

Miro temerosa el espejo
sitio donde yo sola entro
porque es mi morada
porque soy otro rostro.

Un rostro sin prisa en esconder
tiempo sobre otro tiempo
como la desnudez de mi querer
como mi presencia fiel.

La tarde muere inconclusa
entre mis dedos
entre la penumbra espesa
senda furtiva de mis ojos.

Hay días como este
no me siento tan mujer
tan lúbrica tan amante
no me siento querer.

Quiero y no porque me desabasto
porque no hay una lágrima casual
un bien o un mal casi celestial
que cambie mi silencio en grito.

Camino en el borde oscuro
con el día en la mano
día que se cuelga del río
manantial de escarabajos.

El día pinta ojeras
recuerda mis horas
vertidas en el desamparo
tiempo inutil.

Busco el tiempo retornable
donde vuelvan mis vuelos
devuelva mi risa
levante mis cuencas.

Espero se vaya el abandono
venga el otro tiempo fiel
repleto  cálido  soberano
vieja promesa de mi piel.

Nadie horizontal en mi cama.
Nadie de mirada infinita
se despeña en la noche placenta
noche terrena de mi mar espuma.

Vengo con aroma de mar desconocido
aroma de árbol
en busca de mi tacto  mis sentidos
árbol de sangre  casa deshabitada.

Con la piel hecha nudo
llena de rencor en mi boca
marchita  reseca  nebulosa
y una caricia de olvido.

Sin la belleza de ayer
Sin la culpa saetera.
Sin la magia retenida
Sin el tiempo pasajero.

Mi piel ámbar
tiene camino
devuelto a ninguno
ausencia nocturna.

Desconoce mi revés
voz que se apaga
que come la hormiga
que comen los peces.

No sé cuantas veces he muerto
para tener más vidas que me sirvan
para no morder pensamientos futiles
para ser vista desde la imaginación.

Nombre alucino
cuando pierdo la paz
y el temor no me previene
y una boca pez me desecha.

En la prisa de entrar a mi cama
una piel soberbia de macho
trasciende su olor a madera
pretende quedar en mi pecho.

Se pega en mi piel de mujer
de hembra en brama.
Busca el momento incapaz
transformar mi cielo.

La otra piel se apropia de mi herida
se inventa descanso ligero
abre su boca de oso  de ropero
traga mi piel acordeón.

Se atropella en mi
se incendia dentro
quiere ser centinela
quizá mi soledad.

Toma mi temblor oseo
fatigoso tiempo
donde nace y muere
la dama de la tempestad.

No pregunta  no pacta
trota en la misma dirección
echándome su aliento
sin ninguna razón.

Para suponerme plena distinta
vivo como vive la voz
facinante despierta
pilastra de ojos aún vivos.

Me harto fingir voz de camello
caminar en dos  amar en una
echar mis brazos en su cuello
hacer olas y dormir sola.

No quiero despertar donde otro cuerpo
duerme junto al mío y no es el amado.
No quiero resucitar gimo
hablar en pretérito mañana.

La otra piel no quiere lo que yo quiero
piensa en otra envoltura
que dure toda la vida pegada en mi sino
que sea generosa en toda mi anchura.

La otra piel ángel no tiene nombre
me recuerda un lugar deshabitado
porque me partió en dos un hombre
no tan hombre me dejó sin Dios.

El destino inventa hora culpable
sin pintar mi piel enamorada.
Cuelgan mis pies desalentados
como mariposa desahuciada.

Desde ahí termina mi desasosiego
permanece un nombre aparte
sabedor de ningún otro abrigo
que de fe a donde voy finalmente.

LLego por el camino todos
generosa  perdonando lo infiel
perseguida de los cielos
con la esperanza en mi piel.

Hablo de  huesos virgenes
Hablo del cuerpo abrigo
Hablo clandestinamente
Hablo corazón contigo.

No es fácil decir abiertamente
lo que llevo en las manos.
Descubrir mi vuelo errante
guardar secos mis ojos.

En mi regateo con la vida
cambio soledad tan ocurrida
por unos ojos despiertos
y el sonido vitral de una voz.

Me pienso tanto ahora y en mi otra vida
que no necesito mirada mustia
para sentir el dolor seco del río
escuchando inerte mi lamento loco.

Es cierto amo lo que no tengo
me traiciono pienso cosas
ahuyento otras  mueren conmigo
sin alcanzar a las hormigas.

Un día dije: te quiero
hijo del mejor fracaso
se fue por el lavatorio
al nitríco paraíso.

Me llevo cosas pérfidas
el equivoco camino.
Cargo búsqueda fatal
quizá mi único destino.

Soy el universo de mi soledad
trocada en el silencio.
Soy ombligo de calamidades
Soy así porque no soy otra cosa.

Un destino prefumado a nada
curiosea mi ropa estrafalaría
sentado en su conciencia
me ata de sur a norte.

Me detengo miope
destrás del viejo faro
paradero puntual del pájaro torpe
del viento en el río de mis ojos.

detengo con clavos la mirada
y la mudez amenaza en salir
como mariposa incapaz
atravesar soles negros.

No estoy pensada
nadie en su pañuelo me nombra
todos esquivan mis pasos
con disimulo me miran.

La nostalgia no sabe si guardo
dias feriados en el pecho
no sabe si me sueño en desacuerdo
no sabe si es mi amiga la muerte.

No me acaricio débil
sino adolorida  vacía.
No me temo de día
sino de noche devuelta.

Sólo el silencio
nadie más
sabe de lo mío
nadie más.

Cierro los ojos
antes de la hora
queda el adiós
la última hora.

Hora que no soy
que sigo pasos
que no estoy
que escucho a Dios.